¿¿Somos lo que somos??

¿¿Somos lo que somos??
Mundo de ensueños!!!

Realmente somos lo que somos??

Pregunta demasiado sencilla, pero que muy pocos nos hacemos, me considero alguien diferente, no porque asi me lo hagan saber los demas... Si no porque no me gusta seguir un cierto protocolo, como al que la mayoria se somete...
No soy como el común denominador !!URRA POR MI¡¡
Me dicen rara... Quizá lo sea, por ser una soñadora empedernida, que nada le cuesta ser normal, pero que decidio elegir el camino dificil...
Dios!! Me altera al ver como la humanidad es absolutamente dependiente de todo, la autenticidad se devaluo demasiado.
A tal grado que nadie sabe lo que es soñar o peor aun..
Lo que en realidad somos...
Seres pensantes con la capacidad de crear algo mucho mejor, algo inimaginable, pero por desgracia estamos tan cegados con nuestra propia ignoracia, que todas nuestras penas se las atribuimos a los demas..
¡¡¡Que increibles somos!!!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Un dia para soñar


Anexo estas últimas palabras a la única persona que me ayudó de verdad, relatándote lo que en realidad pasó el di de ayer, se que con tan poco entenderás todo, sin mas así empiezo…

“Cierto día de verano me encontraba en lo que cualquiera podía simplemente disfrutar de un día perfecto como ese, la cálida brisa que se impactaba en mi cara, provocando en mí, esa sensación de satisfacción, de libertad y de felicidad pura y autentica.

Eran las cinco menos quince, más o menos recordaba, augurando para aquella tarde algo extraordinario. Por un momento me transporté ahí de nuevo, oh claro que sí, recordar era vivir. Pero al saber en dónde me encontraba era inevitable no sentir nostalgia, aquí me encontraba, teniendo como única compañera la soledad y aquella estúpida camilla que tanto odiaba desde hacía ya varios milenios, odiaba tan solo la misma esencia que se respiraba con todas mis fuerzas, ahora solo era yo y mis cavilaciones del pasado.

Los pasos acompasados por el pasillo me hicieron reaccionar, era lo mismo todos los días. La puerta se abrió de golpe, yo miré con cierto desinterés, aquella mirada que tanto en mi memoria se había marcado, los ojos suplicantes de mi amiga, rogando a quien sabe quién porque entrara en razón. Hoy ni siquiera tenía la capacidad de soportarla, pero claro no la culpaba, quien no querría dar hasta la propia vida por ver a los tuyos bien… Pero qué tal si a esos que tratamos de salvar no quieren ser salvados. Esta solo se dedicaba a ser lo usual, sacudir un poco las repisas, apagar el televisor de donde salían un montón de peroratas, tratando de sintonizar alguna estación en especial en la vieja radio. Mientras yo movía mi silla en dirección a la ventana, dando completamente la espalda a todo. La bocina sonaba con una vieja melodía. “Este lugar está muerto” pensé, cómo era posible que aún siguiera aquí, me sentía de lo más inusual, aquí en esta realidad de locos, yo solo sabía hacer una cosa y esa era soñar. Para mi nada era imposible, todo era perfecto y divino, los grandes me envidiaban, los dioses me adoraban, simplemente no jugaba a ser Dios, YO ERA DIOS. Pero no, ahora me la vivía aquí, en el cuarto más alejado de lo que humanamente era posible, desviviéndome en mis propios suspiros perdidos, engañándome con la esperanza de recuperar aquel pasado sublime.

“No estabas preparado” me decían siempre los demás, pero es que no era eso, los demás no estaban preparados para mi, atrapados en sus vidas monótonas y mediocres, desviviéndose por el día a día, siendo tan ruines y viles dependientes de todo.

-No puedes quedarte aquí para toda tu vida, tu eres un ser incapaz de quedarse encerrado, no te lo permitirías, iría en contra de tu moral… ¿o qué? Planeas situarte en un sitio en donde tú te provocas tu propia muerte…-

Estas últimas palabras me resonaban con intensidad, todo esto era causa mía, por no querer ir al ritmo de los demás, por no querer seguir un protocolo como el común denominador, pero al diablo no me importaba, si eso me impedía hacer lo que amaba, ¡bendita desgracia mía! Y bienvenida la muerte, no les envidiaba absolutamente nada, yo tenía la capacidad de elegir lo que quería y si eso era soñar, ¡que así sea!, pues a fin de cuentas que estaba bien o mal en estos días…

El viento soplaba con delicadeza, acariciando mi piel, provocando que me transportase por un momento a mi lugar de ensueños. La tinta que en el papel postraba, hacía que mis mas grandes creaciones fueran expuestas ante los ojos escépticos de la vida, yendo más allá de la representación de algo, más bien la pasión vivida por algo, con la imaginación más pura de nuestras almas dispuestas a dejar todo atrás para crecer. Cuadernos desojados, diarios hurtados, historias inconclusas, horas y horas de tormento tratando de sentir hasta el más mínimo de los sentimientos. Sin duda alguna mi paraíso eternamente infernal.

-Porqué no dejas de fastidiar por una vez mujer –esta me miró completamente exhorta yo solo seguía perdiendo mi mirada en el pasado- ambos sabemos que no pertenezco aquí, ya no, ya hice todo lo que tenía que hacer, sabes que no me importa ya nada más, me siento feliz con lo que he hecho, ahora solo es cuestión de tiempo…-

Fue lo único que le dije, jamás le había hablado, por lo que ahora solo se limitaba a escribir no se que, en su cuadernillo, mirándome de vez en vez, hasta que el reloj marcó las seis, mi acompañante solo miró la hora con algo de pesadez guardó sus cosas, ya estaba por irse.

-Espera –dije al fin girando para verla- no te preocupes mas por mí, ahora siento que mi estancia aquí por fin terminó, me mezclaré en el cielo de los inmortales, en donde mi alma esté completamente feliz… recuerda que no tenemos la vida comprada y que siempre hay que hacer lo que creamos correcto para nosotros mismos de una manera humilde y placentera y se de antemano que yo ya la libré, hubiera preferido terminar de otra manera, en donde no dañara a los pocos que tuvieron fe en mí, pero era inevitable pues tu más que nadie sabe que solo vivo cuando sueño y la hora de soñar ya empezó.-

Me volví a girar esperando solo el tiempo final para iniciar el sueño eternal.

-Sabes cuál es el problema de la humanidad…-su voz me sorprendió, pensé que se había ido ya- que creen que todo debe de ser perfecto para alcanzar esa felicidad, pero que estúpidos sin remedio, –rio muy por debajo- esa “perfección” es el elemento principal de nuestra destrucción, -ella me entendía, me mejor amiga.

-Gracias…- fue lo único que logré articular

-No hay de que amigo, algunas veces hay que tratar de ponernos en los zapatos de los demás, solo así podremos entenderlos mejor…-

Dicho esto, me dio un beso en la mejilla un par de palmadas en la espalda y se fue. Esto último que me dijo quizá era cierto, pero como esperaba que lo hiciera si ninguno de ellos me había mostrado ni la más mínima consideración, cuando les mostré mi obra y me dijeron que era un demente sin remedio y que en la siguiente oportunidad que tuvieron me encerraron en estas cuatro paredes y así eh vivido por los últimos diez años de mi vida, en donde se me habían privado de lo que más amaba; mi familia y amigos, ahora solo era yo, la tinta el papel, que durante toda mi vida nunca me han fallado, me abrieron los ojos y sé que voy a un lugar mejor.”

Mi vida no fue muy interesante para nadie y aunque todos me contradigan se que esta fue mi gran obra, mi gran Azaña, eso que la mayoría olvida tan solo cuando empieza a vivir… Soñar. Yo me atreví y las consecuencias fueron desastrosas para todos, menos para mí, me siento feliz con lo que hice y ahora sé que mi lugar nunca fue aquí. Sin más que decir, me despido, aquí te dejo mi última creación, la que por lo menos seria en vida, se que con estas páginas revelo lo que en realidad viví, la última fase que no compartí contigo, la única persona que valió la pena conocer en esta vida, gracias por las horas que a pesar de mi silencio compartiste conmigo sin ningún reproche.

No olvides que solo quien comparte mi pasión podrá entender de lo que hablo, me volverás a encontrar en un sueño lejano, mi sincero respeto y hasta pronto.

Con cariño; Un eterno soñador.

El relato anterior fue el último escrito de este soñador, que tan solo en unas páginas relata lo que fue su vida a la única persona que él en verdad amó, la más grande de sus admiradoras; su amiga. Esta encontró la carta en las manos de este, sentado en su mecedora, justo como lo había dejado el día anterior, solo con una pequeña diferencia. Miraba al horizonte con la mirada perdida y una pequeña sonrisa asomándose por la comisura de sus labios. A parte de dicha carta se encontraba con un libro en las manos, abierto en una página en específica, la joven amiga lo tomó con tristeza y empezó a leerlo también.

“-La mayoría de las veces aplacamos nuestros impulsos, nuestros sueños, por temor al qué dirán después, cada quien es dueño de su propio destino y eso es lo que todos olvidan, nuestras esperanzas e ilusiones son solo eso, creo yo que es mejor, cuando los transformamos en sueños, ya que se convertirán en un elemento fundamental para vivir, haciendo todo lo posible por que se haga realidad, no te digo que te acoples a lo demás, más bien obsérvalos como ejemplo, y entiendas que sin importar lo que te digan, es mejor morir en el intento que nunca haberlo intentado jamás, toma las decisiones que te guíen mejor en tu vida, sin dejar que se apague la imaginación de tu alma y si los resultados no son los esperados, no hay problema, levántate y vuelve a seguir, fue solo un día mas…

Lo importante de todo esto es que no olvides que soñar es bueno, absolutamente nada es por casualidad, nosotros somos los responsables de lo que el tiempo nos traiga.

Hay muchas cosas que me hacen pensar en la vida y se de antemano que no es nada fácil tratar de seguirla, quizá te topes con personas nada agradables, pero de eso es lo que hablo, a pesar de los obstáculos encontrados aprende a sobrellevarlos, no esperes el mañana ni te pierdas en el ayer, solo así serás libre de comprender que todos los días no son tan malos, al contrario todos los días son un perfecto día para soñar.-”

Con lagrimas en los ojos y una pequeña sonrisa cerró el libro, se acercó a su amigo sin vida y con su mano temblorosa le cerro los parpados con sumo cuidado, hincándose a si lado, con sus manos en las de él y mirando al horizonte le dedicó unas últimas palabras.

-Hasta pronto amigo –le dio un beso en la mejilla y se perdió en el horizonte.


En busca de la perfeccion

Era un día cualquiera nada en especial, esa mañana me levanté temprano para ir al
gimnasio. De regreso, ya para entrar a mi casa me llegó una sensación, como que
alguien me observaba, sin mas dirigí mi mirada para la casa que daba a mi espalda y en
aquel cuarto que parecía estar solo pude contemplar la sombra de un extraño, era un
joven que efectivamente me observaba, por un instante me quede helada al ver su
mirada la cual clavaba fijamente en mí como si quisiera devorarme de un bocado.
- ¿Por qué te tardaste? Acuérdate que me tienes que acompañar al centro.-
Era mi hermano que pronto abría la puerta. Por una extraña razón me entró otra vez la
curiosidad y volví a ver ese cuarto, ya no estaba, pero pronto le pregunté a mi hermano.
– Oye que no habías dicho que nadie vivía enfrente desde hace tiempo es que había
alguien mirándome desde ese cuarto.-
- No, nadie vive ahí desde hace un mes, los dueños desaparecieron misteriosamente,
nunca volvieron ni siquiera por sus pertenencias, unos dicen que se suicidaron pero
nadie sabe que pasó en verdad, ya alucinas estarás enloqueciendo.-
Era cierto, o no, esa persona que vi la imagine, o quizás eran deseos reprimidos en mi
mente de pensar que alguien me observaba, lo cierto era que ya no estaba. No volví a
saber de ese joven en varias semanas, pero lo que me intrigaba es que cuando entraba o
salía de mi casa, sentía que él estaba ahí, observándome en las sombras como aquel día,
como sabía que no me creerían decidí callarlo y tratar de olvidarlo, aunque nunca estaba
tranquila del todo, siempre estaba alerta por si aparecía de nuevo, aunque sentía miedo,
una parte dentro de mí esperaba verlo ahí, como un deseo oculto que crecía dentro de mi
ser.
Al segundo mes, me encontraba sola en mi casa, mis padres se habían mudado y mi
hermano estaba viajando, aprovechando su ausencia me fui a casa de una amiga pues
había una fiesta.
Me encontraba ahí rodeada de chavos en el ambiente que
cada quien creaba, embriagándose con la bebida de la felicidad, respirándose un humor
de sarcasmo e hipocresía y pasiones escondidas, mire a la chimenea y note a un joven
demasiado atractivo que me observaba, por un momento, quedé hipnotizada con esos
ojos tan perfectos de color verde, tenía una mirada tan profunda en la cual me perdía,
causándome un poco de temor, él sonrió, por alguna extraña razón le devolví el gesto y
se aproximó hacia mí.
-Hola que tal, mi nombre es Samuel, pero todos me dicen Samael.-
- ¡Ah! hola yo me llamo Christina, y ¿por qué te gusta que te digan así?-
- Por que fue un arcángel que fue desterrado del cielo y se considera bondadoso y
malvado a la vez.-
- ¡Órale!, oye y ¿no te había visto antes?-
- Puede ser, pero yo a ti sí… en fotos claro esta, soy el primo de Tiffany.-
- Nunca me había hablado de ti.-
Estuvimos charlando lo que restaba de la fiesta, después de eso nos seguimos viendo, ya
me había dado cuenta que él era el joven que alguna vez me observó desde aquel cuarto
oscuro, él me dijo que desde que me vió le parecí una persona interesante.
A mí hermano que ya había regresado le conté de Samael que vivía enfrente de nuestra
casa, él me dijo que le parecía muy raro eso, pues los antiguos dueños nunca se llevaron
sus cosas, y que además nadie los había visto partir. Le pregunté a Samael que había
ocurrido con los antiguos dueños y este me contestó:
- Pues mira la verdad es que no me la vendieron, me costo mucho trabajo convencerlos
de que me dejaran habitarla por un tiempo, pero al final cedieron al saber que solo era
en lo que terminaba una de mis mejores obras.-
Ante esta respuesta no discutí nada, pues a él le encanta la fotografía. Pasaron semanas
y mi agrado hacia él crecía más, era misterioso, serio, pero era de conversación, era todo
un poeta y amante de la perfección, nunca me habló de su familia y tampoco me dejaba
entrar a su casa, me decía que lo haría todo a su tiempo, era como si tuviera todo
cuidadosamente planeado para que todo resultara a la perfección.
Un suceso doloroso pasó, mi hermano había sido asesinado al parecer de camino a la
casa, se había quedado hasta tarde en casa de una amiga, me dijo que al rato nos
veríamos y ese al rato nunca llegó; mis padres y yo estábamos desolados, en ese instante
necesitaba de un amigo, pero por desgracia Samael no aparecía.
No respondía mis llamadas, era como si quisiera evitarme, lo cual me inquietaba
mucho.
Lo de mí hermano se supo en todos los noticieros, pues al parecer había sido victima del
famoso asesino que torturaba a las personas y después las fotografiaba.
Días después Laura, la de la farmacia, había sido encontrada mutilada, el asesino estaba
cerca y al asecho, Samael seguía sin aparecer, solo veía por las noches el cuarto de su
casa con la luz encendida, pero sin rastro de él.
Empecé a sospechar de su ausencia.
Poco más de una semana después se volvió a encontrar otro cuerpo, era de Tiffany mi
amiga, no sabía que hacer, y lo único que se me ocurrió fue ir a la casa de Samael, sin
importar que me lo haya prohibido. Entré, estaba sola la sala, me dirigí a la
cocina llamándolo y nadie respondió, escuché un ruido en la enorme alacena, la abrí y
tal fue mi sorpresa al encontrar el cuerpo de una joven, la cual de inmediato
identifiqué, pues era la hija de los dueños, un grito salió de mi boca, ¡que estaba
pasando! estaba sin brazos al parecer no llevaba mucho muerta pues todavía escurría
algo de sangre, subí las escaleras, me dirigí al cuarto principal y vi dos cuerpos tendidos
en la cama, quite la manta y eran los padres de la joven que acababa de ver hace un
momento, ellos en cambio ya llevaban tiempo muertos, pues se soltaba de ellos el olor a
carne putrefacta.
Mis peores sospechas se confirmaban, quería correr pero la curiosidad
me lo impidió, por alguna razón me dirigí al tercer piso, al último cuarto de donde se
veía perfecta mi casa, gire la perilla, estaba cerrada; la empuje, al ver lo que había
dentro me llené de un escalofrío horrible, todas las paredes estaban llenas de fotos con
personas mutiladas; no podía ser, ese joven que parecía serio era en realidad un
psicópata enfermo obsesionado con la perfección, las fotos estaban acomodadas
como si fuera un rompecabezas, empecé a ver las fotos y acercándome casi al centro
vi la de Tiffany mi amiga, a Laura la de la farmacia y la de mi hermano, cuando vi esta
última me hinqué y me solté en llanto, no me pude contener, justo el
centro estaba vacío como si faltara una foto ahí.
-¿Qué te pasa? Pensé que adorabas mis fotografías, desde que te vi supe que eras la
persona ideal para terminar mi obra, tu representas la perfección para mi: alta,
facciones finas, cabello largo y sedoso, buena figura; además bondadosa, sincera, dulce
y muy considerada, eres la indicada… y como ves
solo falta una víctima, la más perfecta, mi última foto, la tuya.-
Con el llanto en la cara asustada lo miré, el se acercó a mi, se inclinó y con una sonrisa
sínica y a la vez sarcástica me dijo:
-Te sorprendería el ver, las cosas que puedo llegar hacer por alcanzar la perfección…-