¿¿Somos lo que somos??

¿¿Somos lo que somos??
Mundo de ensueños!!!

Realmente somos lo que somos??

Pregunta demasiado sencilla, pero que muy pocos nos hacemos, me considero alguien diferente, no porque asi me lo hagan saber los demas... Si no porque no me gusta seguir un cierto protocolo, como al que la mayoria se somete...
No soy como el común denominador !!URRA POR MI¡¡
Me dicen rara... Quizá lo sea, por ser una soñadora empedernida, que nada le cuesta ser normal, pero que decidio elegir el camino dificil...
Dios!! Me altera al ver como la humanidad es absolutamente dependiente de todo, la autenticidad se devaluo demasiado.
A tal grado que nadie sabe lo que es soñar o peor aun..
Lo que en realidad somos...
Seres pensantes con la capacidad de crear algo mucho mejor, algo inimaginable, pero por desgracia estamos tan cegados con nuestra propia ignoracia, que todas nuestras penas se las atribuimos a los demas..
¡¡¡Que increibles somos!!!

miércoles, 24 de marzo de 2010

En busca de la perfeccion

Era un día cualquiera nada en especial, esa mañana me levanté temprano para ir al
gimnasio. De regreso, ya para entrar a mi casa me llegó una sensación, como que
alguien me observaba, sin mas dirigí mi mirada para la casa que daba a mi espalda y en
aquel cuarto que parecía estar solo pude contemplar la sombra de un extraño, era un
joven que efectivamente me observaba, por un instante me quede helada al ver su
mirada la cual clavaba fijamente en mí como si quisiera devorarme de un bocado.
- ¿Por qué te tardaste? Acuérdate que me tienes que acompañar al centro.-
Era mi hermano que pronto abría la puerta. Por una extraña razón me entró otra vez la
curiosidad y volví a ver ese cuarto, ya no estaba, pero pronto le pregunté a mi hermano.
– Oye que no habías dicho que nadie vivía enfrente desde hace tiempo es que había
alguien mirándome desde ese cuarto.-
- No, nadie vive ahí desde hace un mes, los dueños desaparecieron misteriosamente,
nunca volvieron ni siquiera por sus pertenencias, unos dicen que se suicidaron pero
nadie sabe que pasó en verdad, ya alucinas estarás enloqueciendo.-
Era cierto, o no, esa persona que vi la imagine, o quizás eran deseos reprimidos en mi
mente de pensar que alguien me observaba, lo cierto era que ya no estaba. No volví a
saber de ese joven en varias semanas, pero lo que me intrigaba es que cuando entraba o
salía de mi casa, sentía que él estaba ahí, observándome en las sombras como aquel día,
como sabía que no me creerían decidí callarlo y tratar de olvidarlo, aunque nunca estaba
tranquila del todo, siempre estaba alerta por si aparecía de nuevo, aunque sentía miedo,
una parte dentro de mí esperaba verlo ahí, como un deseo oculto que crecía dentro de mi
ser.
Al segundo mes, me encontraba sola en mi casa, mis padres se habían mudado y mi
hermano estaba viajando, aprovechando su ausencia me fui a casa de una amiga pues
había una fiesta.
Me encontraba ahí rodeada de chavos en el ambiente que
cada quien creaba, embriagándose con la bebida de la felicidad, respirándose un humor
de sarcasmo e hipocresía y pasiones escondidas, mire a la chimenea y note a un joven
demasiado atractivo que me observaba, por un momento, quedé hipnotizada con esos
ojos tan perfectos de color verde, tenía una mirada tan profunda en la cual me perdía,
causándome un poco de temor, él sonrió, por alguna extraña razón le devolví el gesto y
se aproximó hacia mí.
-Hola que tal, mi nombre es Samuel, pero todos me dicen Samael.-
- ¡Ah! hola yo me llamo Christina, y ¿por qué te gusta que te digan así?-
- Por que fue un arcángel que fue desterrado del cielo y se considera bondadoso y
malvado a la vez.-
- ¡Órale!, oye y ¿no te había visto antes?-
- Puede ser, pero yo a ti sí… en fotos claro esta, soy el primo de Tiffany.-
- Nunca me había hablado de ti.-
Estuvimos charlando lo que restaba de la fiesta, después de eso nos seguimos viendo, ya
me había dado cuenta que él era el joven que alguna vez me observó desde aquel cuarto
oscuro, él me dijo que desde que me vió le parecí una persona interesante.
A mí hermano que ya había regresado le conté de Samael que vivía enfrente de nuestra
casa, él me dijo que le parecía muy raro eso, pues los antiguos dueños nunca se llevaron
sus cosas, y que además nadie los había visto partir. Le pregunté a Samael que había
ocurrido con los antiguos dueños y este me contestó:
- Pues mira la verdad es que no me la vendieron, me costo mucho trabajo convencerlos
de que me dejaran habitarla por un tiempo, pero al final cedieron al saber que solo era
en lo que terminaba una de mis mejores obras.-
Ante esta respuesta no discutí nada, pues a él le encanta la fotografía. Pasaron semanas
y mi agrado hacia él crecía más, era misterioso, serio, pero era de conversación, era todo
un poeta y amante de la perfección, nunca me habló de su familia y tampoco me dejaba
entrar a su casa, me decía que lo haría todo a su tiempo, era como si tuviera todo
cuidadosamente planeado para que todo resultara a la perfección.
Un suceso doloroso pasó, mi hermano había sido asesinado al parecer de camino a la
casa, se había quedado hasta tarde en casa de una amiga, me dijo que al rato nos
veríamos y ese al rato nunca llegó; mis padres y yo estábamos desolados, en ese instante
necesitaba de un amigo, pero por desgracia Samael no aparecía.
No respondía mis llamadas, era como si quisiera evitarme, lo cual me inquietaba
mucho.
Lo de mí hermano se supo en todos los noticieros, pues al parecer había sido victima del
famoso asesino que torturaba a las personas y después las fotografiaba.
Días después Laura, la de la farmacia, había sido encontrada mutilada, el asesino estaba
cerca y al asecho, Samael seguía sin aparecer, solo veía por las noches el cuarto de su
casa con la luz encendida, pero sin rastro de él.
Empecé a sospechar de su ausencia.
Poco más de una semana después se volvió a encontrar otro cuerpo, era de Tiffany mi
amiga, no sabía que hacer, y lo único que se me ocurrió fue ir a la casa de Samael, sin
importar que me lo haya prohibido. Entré, estaba sola la sala, me dirigí a la
cocina llamándolo y nadie respondió, escuché un ruido en la enorme alacena, la abrí y
tal fue mi sorpresa al encontrar el cuerpo de una joven, la cual de inmediato
identifiqué, pues era la hija de los dueños, un grito salió de mi boca, ¡que estaba
pasando! estaba sin brazos al parecer no llevaba mucho muerta pues todavía escurría
algo de sangre, subí las escaleras, me dirigí al cuarto principal y vi dos cuerpos tendidos
en la cama, quite la manta y eran los padres de la joven que acababa de ver hace un
momento, ellos en cambio ya llevaban tiempo muertos, pues se soltaba de ellos el olor a
carne putrefacta.
Mis peores sospechas se confirmaban, quería correr pero la curiosidad
me lo impidió, por alguna razón me dirigí al tercer piso, al último cuarto de donde se
veía perfecta mi casa, gire la perilla, estaba cerrada; la empuje, al ver lo que había
dentro me llené de un escalofrío horrible, todas las paredes estaban llenas de fotos con
personas mutiladas; no podía ser, ese joven que parecía serio era en realidad un
psicópata enfermo obsesionado con la perfección, las fotos estaban acomodadas
como si fuera un rompecabezas, empecé a ver las fotos y acercándome casi al centro
vi la de Tiffany mi amiga, a Laura la de la farmacia y la de mi hermano, cuando vi esta
última me hinqué y me solté en llanto, no me pude contener, justo el
centro estaba vacío como si faltara una foto ahí.
-¿Qué te pasa? Pensé que adorabas mis fotografías, desde que te vi supe que eras la
persona ideal para terminar mi obra, tu representas la perfección para mi: alta,
facciones finas, cabello largo y sedoso, buena figura; además bondadosa, sincera, dulce
y muy considerada, eres la indicada… y como ves
solo falta una víctima, la más perfecta, mi última foto, la tuya.-
Con el llanto en la cara asustada lo miré, el se acercó a mi, se inclinó y con una sonrisa
sínica y a la vez sarcástica me dijo:
-Te sorprendería el ver, las cosas que puedo llegar hacer por alcanzar la perfección…-

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